Recreativo, del calor al frío
Tengo la costumbre, justo cuando pita el final el árbitro, de quedarme observando por si pillo algún detalle. Nada más finaliazar fueron Mario Marín y Sergio González a animar a Boris que, con la cabeza baja y la impotencia dibujada en el rostro, se culpaba por no haber metido esa última. El empate no ha sido su culpa, lejos de eso ha sido uno de los mejores, pero la tuvo el decano para que la gente se marchara del estadio con una alegría. Y es que ha sido una salida del campo, rara; un cúmulo de varias sensaciones que no ha permitido que prevalezca ninguna: un conjunto uno por uno poderoso, al que sin duda se le ven cosas, pero que ha jugado sólo a ráfagas y al que se ha visto sin profundidad, en muchos momentos. Y con una gran diferencia respecto al Murcia : se ha notado que ha faltado pretemporada, Casquero sigue corrigiendo cosas en tiempo real, mientras que su oponente, prudente antes de su gol, agazapado después, y valiente con el empate, parecía conocerse mucho mejor de ...