Carolina contra Tai Tzu Ying
Algo ha cambiado cuando Carolina Marín y Tai Tzu Ying están en la pista.
Ahora se respira en el ambite eso que flota cuando además de unos puntos o un
torneo, hay en juego algo más.. el prestigio. Porque más allá de lo que diga el
ranking mundial hoy se jugaban ser, y hasta el próximo torneo, la mejor
jugadora del planeta. Habrá que esperar; la taiwanesa se confirma como el mayor
rompecabezas al que se ha enfrentado Carolina en una pista, y ha ganado también
en Singapur 21-15 y 21-15, en un encuentro cuya clave yo, tengo muy clara: ha
sabido frenar a la española.
La nuestra llegaba como un ciclón tras derrotar con autoridad a Sindhu y
Sung Ji, a esta última dando la sensación incluso de estar reservando fuerzas;
una barbaridad, la coreana es la tercera del mundo.. Carolina está en un
momento dulce en el que una cualidad sobresale del resto: la rapidez. Pero Tai
Tzu Ying ha sabido contrarrestar eso; no ha insistido, como en Malasia, en
hacer retroceder a Carolina en la pista, sino que con cada volante ha propuesto
algo distinto, creando incertidumbre en la española. En bádminton quien cambia,
gana, y si cambian las dos, quien más cambia; por eso al principio Carolina iba
por delante, más rápida no sólo de piernas sino inventando respuestas a los
ataques de Tai Tzu Ying. Pero cerca del primer intervalo Caro ha fallado
algunas muy claras y su agresividad ha dado paso a un invitado no deseado, pero
esperado por su oponente: la precipitación. A partir del punto 11 la taiwanesa
ha tendido una trampa sobre otra a Carolina quien, en su afán por recortar, las ha
tirado fuera o contra la red.
El espíritu combativo de Carolina, ese tan especial que sólo tienen los
elegidos, como Nadal, y que les hace más humanos frente a enemigos imposibles
en situaciones perdidas, ha aparecido al comienzo en segundo set; la campeona
olímpica ha subido a la red buscando la iniciativa en cada punto, como única
manera de derrotar hoy a la número del mundo. En el intercambio de tortas gana
la nuestra pero de nuevo y acercándonos al intervalo no le han entrado los volantes que Tai Tzu
Ying, sin embargo, sí ha sabido poner donde nadie llega. Y es que la taiwanesa
ha sido hoy mucho mejor: cuando Carolina ha dado un paso al frente ella tenía
“reservado” el mejor ángulo y cuando la nuestra ha fallado en la red lo que no
suele, ha ajustado el volante con frialdad
para desesperación de la nuestra que, en el último tramo, ha perdido ya toda la
concentración.
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