Recreativo Ies La Orden vs Rinconada, Contracrónica


                Siempre me costó encontrar a alguien que viniese al bádminton, pero ese día convencí a un amigo para que viviese en primera persona, la primera liga del Ies La Orden. La final había terminado, había mucha gente en la pista y todo el mundo estaba gritando, pero nadie sabía nada. Se había decidido por puntos pero nadie se atrevía a señalar al ganador, hasta que entre la multitud, al fondo, vi a Carolina Marín llorando como una magdalena. Habíamos perdido.

                Las peores sensaciones nos recorrieron el cuerpo a los recreativistas durante unos minutos en el Fernando Martín, hasta que Nerea Ivorra hizo eso que hizo y consiguió, que todo hubiese merecido la pena. Y es que la clave NO estuvo en los dobles, como intuían Paco Ojeda, Antonio Molina, o Pablo Abián; todos fallaron, incluso un tal Tomás García, que nada pinta junto a estos gigantes, pero que también lo dijo por la radio. El secreto fue, una vez más, la familia.

                El mixto me recordó el que ya ganó la pareja rinconera en liga regular; una primera manga con algunos errores no forzados de la jugadora inglesa y una segunda, con un Tom Wolfenden muy agresivo buscando ganadores desde cualquier lado de la pista. La diferencia la puso en la tercera Heather Olver, a quien la situación le había podido en anteriores ocasiones pero que esta vez dio un pasito hacia la red, para "smashearlo" todo, y romper los nervios a los visitantes.

                El dobles femenino lo inició la inglesa con la inercia que traía del encuentro anterior, y cuando ella y su compañera Laura dieron la vuelta al marcador, Telma Santos recibió la visita de alguien que hacía tiempo no aparecía: la prisa. Las locales estaban evitando su remate llevando la iniciativa, y el en deseo de resolver pronto, la precipitación hizo el resto. Para entonces los chicos habían perdido, y el 3-0 podía convertirse aún en algo mucho peor. Tocaba tirar de la familia.

                Pablo Abián cerró su encuentro con Quiles, más pendiente de lo que sucedía en la pista contigua que en la suya; Laura Molina y Nerea Ivorra se estaban jugando la tarde y, ¿la final?

En la segunda manga la recreativista se resiente de la lesión que la atormenta desde el día de Arjonilla, y es cuando entre todos, ganan el partido. Pablo no deja de animarla, aún cuando sorprende que es ella la que anima a sus compañeros en cada punto, quienes a su vez no paran de darle indicaciones; y a lo que no puede llegar andando por el dolor, llega volando, poniendo cada vez más nerviosa a una Laura Molina a la que ha conseguido transferir la presión. La rinconera trata de mover a su oponente pero los nervios no le dejan ver que la recreativista sigue jugando, y responde con su bonito drop a todo lo que la jugadora local no devuelve con precisión.

               Ninguna de las dos está sóla, y el empujón final le llega a Nerea, desde el cielo. Porque no es un pájaro, no es un avión, y ni mucho menos un tópico; es la afición, que como ellos y ellas nunca falla, y a la que Telma Santos y Rodolfo Ramírez invitan, sellando el 3-4 para el Recre, a soñar el próximo día 7 en el Andrés Estrada. Es imprescindible, para levantar la quinta.

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