A mi blog pongo por testigo
"La china se
mueve de un lado para otro en el fondo, como en los partidos de
dobles", Fernando Rivas a Caro; y
me quedo yo pensando, "ah, ¿pero sólo hay una china?". He Bingjiao se ha
traído hoy la Gran Muralla a la pista, se ha subido en ella, y desde ahí ha
defendido y ha atacado a Carolina, como ninguna lo había hecho hasta ahora. Le
ha ganado un set, la ha llevado al límite y... la ha cabreado.
Carolina Marín se
mete, por tercer vez en nuestras vidas, en la final de un Mundial al derrotar
13-21, 21-16 y 21-13 a He Bingjiao, la volantista que el día que rozó la
perfección en defensa, no pudo con ella. La onubense ha hecho aquello en lo que
es la nº1 del mundo, inventar, y ha solucionado con chispazos de ingenio pero
sin salirse del plan, una situación que ha llegado a ponerse, muy fea. Y es que
la jugadora china durante la primera manga no ha parecido un ser humano...
El primer set ha
comenzado con las dos jugadoras disputándose la media pista para ganar la
iniciativa; y en los primeros compases Bingjiao ha estado un pasito por
delante, y con ventaja, para buscar el
remate. Carolina ha comenzado tan
enchufada que ha parecido que nadie la ha avisado de que su partido de ayer
contra Saina ya terminó, y ahí seguía a lo suyo; su garra ha contrarrestado el
mayor acierto de su rival y aunque a remolque, le ha permitido "estar
ahí", pero algo no me estaba cuadrando: la otra domina la red, y mejor
colocada, llega siempre antes a los volantes, mientras que a Carolina le cuesta
mucho más mover a He Bingjiao, y por tanto puntuar. Bien, pero faltaba algo,
13-21.
Para la segunda
manga he pedido un deseo, que algo cambie, que pase algo... y va la china y se
cae, como si se hubiera lesionado; "venga He, no fastidies, así
no"... Por fortuna no ha sido nada, pero sí ha cambiado algo: las dos son
muy buenas jugando desde su lado malo, y siendo ambas zurdas están en aparente
igualdad, pero Carolina no estaba forzando lo suficiente el rectificado de
Bingjiao, quien se sentía muy cómoda atacando desde el medio; cuando ha tenido
que correr para llegar al otro lado, ha comenzado a devolverlas peor, y a
enviarlas a la red.... Pues era humana, respira (y lo hace de un modo algo
acelerado), y resulta que la presión de estar donde está le puede más que le
mete Carolina al fondo que ahora sí, tiene sentido. Porque a esas alturas los
clears profundos han vuelto, y lo han hecho para quedarse, 21-16.
La clave de este
deporte es cambiar, buscar el equilibrio en el juego, y corregir lo que no
estás haciendo bien: Caro ha iniciado el último parcial jugando muy largo a
su rival, para así decidir ella cuando baja los volantes, que ya no se le quedan cortos; y en el juego tenso gana ya la partida a una oponente, cada vez con peor
cara, mientras que una sonrisa que hacía tiempo no veíamos ilumina el rostro de Carolina. 21-13, está terminado.
Carolina he
encontrado la primera situación complicada desde que comenzase el torneo. Pero
estaba lista, y tiró de esa furia tan especial y tan suya que la hace única pero también de la calma que Fernando Rivas le transmite, para que pueda controlarla. Una cuestión de equilibrio. Ya sólo la separa Sindhu de la gloria, quien me ha dejado hoy perplejo frente a Yamaguchi. La india lo tiene todo. Bueno, todo no; Carolina tiene "eso", que no tiene nadie.A mi blog pongo por testigo... de que jamás dejé de creer en ti.
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