Así ha empatado el Recre en Melilla
Pocas veces esta
temporada he visto un Recreativo tan sólido, y tan compacto. Al equipo le ha
sobrado sólo un minuto, para poder decir que ha realizado una labor defensiva,
sencillamente perfecta.Y en ataque ha hecho lo que tenía que hacer; no comparto
la tesis del bache, ni por 60 segundos, y ni mucho menos por lo que he visto en
el campo. De haber ganado, muchas crónicas habrían apuntado en otra dirección,
si bien este humilde aficionado siempre ha defendido más o menos lo mismo, y así trataré de explicarlo. Tenemos siempre en la boca que el fútbol es cuestión de
suerte, pero no somos capaces de asumir que si damos por bueno este hecho,
también afecta el Recreativo; suelo ser bastante crítico,
pero esta vez, esto se llama mala suerte. Y lo de que el resultado es justo,
bueno, lo es por el marcador, lo de los puntos se llama baloncesto.
La palabra clave ha
sido, respeto. Los dos entrenadores han planteado el encuentro como un pulso de
calma, en el que saber esperar el error del contrario podía valer un liderato.
Lo de la presión alta lo dejamos mejor para equipos que no cuenten con Ruano o
Menudo, que si te pillan con el equipo estirado te explican en dos pases por
qué van primeros. El Recre ha defendido con un 5-4-1 "menos mentiroso" que en
otras ocasiones, un dibujo que con balón ha convertido a Borja en extremo
derecho pero que ha metido a Ródenas más al centro, descolocando a los centrales
del Melilla en las contadas ocasiones en las que Caye ha podido acercarse,
caído a la derecha.
Borja ha estado muy
bien en defensa, o mejor, todos han estado impecables en esa faceta, pero con
balón ha estado ausente; Llorente le caía por el otro lado, y Tropi ha tenido
bastante con tapar las incursiones del Melilla, muy peligroso a balón parado
con ese guante que tiene en su pierna Héber Pena. Hasta pasada la media hora no
nos hemos quitado un poco la presión, y hemos llegado algo a la portería rival
a golpe de corazón, casi siempre del de Caye Quintana. También ha corrido lo
suyo Ródenas, y para nada, sin conexión entre las líneas.
La segunda mitad ha
comenzado con el intercambio de golpes previo a mover ficha, por si acaso suena
la flauta; Ruano ha sido una pesadilla toda la mañana, y el Recre se ha
atrevido a tirar, sin éxito. ¿Qué hacer? Lo mismo de la semana
pasada: sacar a Quiles para romper por el medio, y a Caballé para que encuentre
las mejores condiciones para hacerlo. Salmerón ha cambiado los laterales de lado a tenor del peligro que mostraba el conjunto local por derecha, y ha funcionado, pero
Caballé ha estado tan perdido en esa banda como Quiles por el centro, sacando apenas balones a costa de "pegarse" con toda Melilla.
Incluso en este
escenario de tensión por lo que hay en juego, y de cierto desconcierto porque
las cosas no salen, el Recreativo ha defendido de manual, realizando las
coberturas con precisión milimétrica, y tapando la salida de balón; es cierto que ellos han llegado más, pero no lo es menos que Marc
Martínez está en nuestra plantilla, y en ninguna otra.
La última jugada de
Salmerón ha sido tirar de Andrade en el lateral, para aprovechar a Iago, físicamente desatado, como
extremo. El sacrificado ha sido un Llorente que en esa demarcación y a esas horas, no hacía ya nada, Y es que todos se han vaciado, creyendo en una idea que se ha quedado a
un paso, de ser la mejor de todo el grupo IV de 2ªB; Caye ha aprovechado la
pelea de Quiles para hacernos saltar a todos de la silla, pero cuando ya estábamos pensando "a ver quien nos quita ahora la primera plaza", ha llegado Moha, y nos la ha quitado.
Es un error pensar que hace mes y medio éramos el Milán de Sacchi, como también lo es asociar necesariamente jugar bien en 2ªB, con practicar un fútbol preciosista; nuestras armas han sido precisamente contar con un plantel que ha realizado bien las transiciones (UCAM), sorprendido en cada partido por banda (Badajoz, con Diego, por ejemplo), o usar como extremo al mismo tipo que defiende junto a Tropi (Borja, o Caballé). Y sí, salir jugando por el centro y hacer daño entre líneas, cuando Quiles era titular, o salía en segundas partes. Ni ahora somos peores, ni hemos tocado techo. Y a ver si cambia ya la tendencia de los últimos minutos, que toca ya las narices.
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