Así han empatado Recre y Algeciras
El Recreativo
mejora, pero a una velocidad inferior a la que van cayendo las jornadas.
Algeciras no era una plaza fácil, más de un Julio César "llegó, vio... y se fue a su casa derrotado", mientras que nosotros nos traemos un punto; sin embargo nos
hemos dejado allí algo más valioso: el hechizo que nos estaba haciendo creer que, al fin, éramos casi invencibles. O al menos que con más oficio que
brillantez podríamos sacarlo casi todo adelante. Pero el Nuevo Mirador ha
hablado, y ha sido muy explícito con lo que ya hacemos bien, pero también rotundo con lo que nos falta: gol. Quién nos lo iba a decir en septiembre con una plantilla de este corte; lo malo es que ahora ya todo son
prisas, y este empate no nos
deja ni de lejos el sabor de boca de haber cerrado el círculo, y el año, con un
pleno de victorias: Algeciras 0, Recreativo 0, estamos un paso más cerca del
buen juego, y dos puntos más lejos del sueño.
El encuentro ha
sido al inicio un choque de trenes, con dos propuestas que además han sido una
declaración de intenciones por parte de ambos. El decano ha tratado de someter
al rival haciendo eso que casi nunca le ha salido: llevando la iniciativa con un
juego fluído, basado en un Rivero alegre, y en la calidad de todos
los que juegan por delante de él; los locales han puesto su punto de mira en Nauzet
buscando a Karim desde todas partes, y confiando en las sutilezas de Antonio Domínguez, y en la movilidad de Antoñito (y aún tienen bastantes más "Antonios"). A mí no me ha
parecido que el Recre haya empezado mal, pero sí es cierto que el empuje local
se ha traducido en dos o tres ocasiones tremendas que a ellos les han dado alas, y a
nosotros nos han hecho poner los pies en la tierra.
Hace dos meses,
cuando en puesto de un equipo de once parecíamos once equipos de uno, habríamos
perdido este partido en la primera media hora. Pero cuando a ellos se les ha
acabado la "hora feliz" de los veinte primeros minutos como local, a
nosotros nos ha lucido el orden defensivo que ahora sí tenemos, y según se ha
ido quedando sin electricidad, el Algerciras se ha ido apagando frente a
nuestras líneas. Muy juntos y cerrando bien, nuestros futbolistas han
provocado que Antoñito se haya quedado sin último pase y por tanto, que Karim también haya ido desapareciendo. Ganet, Iván y el otro Antonio, el
"nuestro", y que allí es una estrella, han ido cediendo terreno frente a
nuestros medios y mucho tiene que ver en eso la "pequeña" variante
táctica introducida por Alberto Monteagudo: los interiores.
La aparición en el
once de Víctor Barroso por el sancionado Isi Ros llevaba aparejada, además,
otro cambio: aprovechar las características del canterano para ponerlo a jugar
más por dentro, así como a Carlos Martínez, y tener más presencia en un
centro del campo que poco a poco hemos ido ganando. Y dejar de carrileros
"puros" a los laterales, Nano y Cera, una labor que por momentos han desarrollado con absoluta brillantez. Se trataba de hacer con cuatro defensas lo que se
suele hacer con cinco, y por eso Rivero y Gus han estado en superioridad respecto
a Iván, y Víctor, Gerard, Carlos y Gus respecto a Antonio, Antoñito y Pablo Ganet. Y no he repetido al ecuatoriano por error: nadie cubre como él todo el espacio que queda libre cuando Rivero "se atreve". Hoy por hoy es insustituible.
A lo largo de la
segunda parte el Recre ha ido aumentando su dominio según ha ido moldeando
aquello que quería hacer: abrir el campo tanto, que los locales no pudieran
saber por donde llegamos; y así hemos visto buenos centros de Nano y grandes
galopadas de Cera, pero no que los demás hayan roto por el medio, y eso es
lo primero que nos ha faltado, y nos falta casi siempre. Lo segundo, haber aprovechado alguna de las ocasiones que
hemos tenido. Claro que con más de lo primero habría habido más de oportunidad
de lo segundo.
El Recreativo
muestra fases de buen juego que, sin embargo, aún está lejos del ideal del
entrenador porque no se sostienen en el tiempo lo que el desearía. Al menos,
vamos reduciendo el problema: Rivero ha estado mejor, y se ha notado muchísimo
(pues eso, por momentos); pero han vuelto a fallar los de arriba:
seguimos teniendo excedente de futbolistas negados ante el gol, o que nunca
tienen el día a la hora de tomar la última decisión. Desde que comenzó la liga
nos ha faltado clarividencia en esos metros finales, algo que en su día fue
determinante para comenzar la deriva en la que estamos inmersos. Cuando veo minutos de buena circulación y al grupo más sólido, veo la luz; cuando compruebo que todo eso no sirve para aprovechar alguna de las pocas que somos capaces de crear, vuelvo a la oscuridad. ¿Una semana más, o una semana menos? Los jugadores hablan de la zona de arriba, algo que debería gustar incluso a los menos optimistas, porque de algún modo nos aleja de la de abajo.
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