Recre: nadie será "pan comido"

 

                    Me comentaba un buen amigo, después del partido, que cuando sales de un restaurante y no te ha gustado el segundo plato, te quedas con eso y te olvidas del primero, aunque te hubiera sabido a gloria. Pues el debate está servido en la mesa, y está más abierto que nunca, porque con una parte "buena" y otra "mala", una puesta en escena sin delanteros y una notoria superioridad sin los tres puntos, para gustos, aficionados; Conil 1, Recreativo 1, un encuentro en el que el decano hizo méritos suficientes para haber ganado, pero que olvidó cerrar con llave, y en el que se colaron los locales haciendo aquello lo que se esperaba de ellos.

                    Volvía Alberto Gallego a "quedarse" con casi todos cuando, tras una jornada en la que cambiaba el estilo por las circunstancias, en similares o incluso "peores" condiciones sorprendía ordenando hacer circular la pelota. El Recre se gustó en Conil durante los primeros minutos con un fútbol fluido, rápido, que sobrepasaba la capacidad de reacción local y que se tradujo en algunas ocasiones, ya que estamos, muy jugosas. El conjunto onubense imponía su plan en el verde y, como se suele decir, se “mascaba” el gol, alternando algunas internadas por banda con un buen juego por dentro. Y en el eje de todo eso se situaba la sociedad "Arjona - Barroso" S.L. (sin límites cuando estamos a gusto), que fabricó numerosos pases que supusieron mucho peligro, en las botas de Terán y Fraile.

                    Con este dibujo y durante casi media hora, el Recre funcionó mejor que con cualquier otro, y la clave la tenían Víctor y Adri Arjona; siempre han jugado bien desde que están juntos, pero no siempre habían tenido una única línea por delante. Jornadas atrás, Terán o Fraile no eran el final, sino que aún había que llegar jugando hasta Chendo o Juan Delgado, y ahí se producía un atasco; frente al Conil dieron el último pase, hicieron la última pared o pusieron el último balón al que centra y, por eso, su frescura con la bola no se perdió esta vez en el camino. ¿Juega el Recre entonces mejor sin delanteros? No; las características del rival serán diferentes la próxima vez. Y en todo caso, no se ganó; el entrenador del decano enfocó el partido con más acierto del que tuvieron los delanteros, los falsos delanteros o los casi delanteros, y tuvo que ser Víctor Barroso, con una delicatessen, quien nos llevase la primera alegría a la boca con un gol magistral en el minuto 27. 1-0.

                    El Recre pudo haberse comido el postre antes del segundo tiempo, pero su presión alta fue acompañada de una puntería baja, y el descanso dio una oportunidad a lo locales. Porque si en otras ocasiones era nuestro entrenador quien le daba la vuelta a la tortilla moviendo el banquillo, en Conil fue Juan Reyes quien le cambió la cara al partido metiendo a Manzano y Javi Gómez; con ellos, y aprovechando que el Recre se replegó, le devolvió la sorpresita a Gallego y también se puso a jugar. Un Recre muy espeso parecía jugar ahora sin sal ni pimienta y, cómo nos tocaba mover a nosotros, salía Chendo para contrarrestar el centrocampismo local y tratar de enviarle alguna bola que le llegase en plan comida rápida; pero entonces, ellos hicieron lo que en realidad se suponía que iban a hacer en un principio, y sacaban un penalti de un balón que caía a nuestro área, y que no supimos defender. 1-1.

                    Metió más gente arriba el Recre y lo intentó hasta el final, pero con la pólvora mojada o el punto de mira desviado es difícil hacer blanco. No me inquieta tanto eso (otro día enterán) como el hecho de que, con 0-1, fuimos peores que con 0-0. Y no me refiero a jugar bonito, sino a controlar la situación. El Recre hizo lo necesario para haber logrado los tres puntos, incluso para haberlo hecho con margen; pero cuando se vio con ventaja fue menos ambicioso que cuando no la tenía, y al dejar de insistir le dio una opción a su rival de hacer aquello en lo que es muy bueno, y con una fue suficiente. Tal vez no sea una jugada que defendimos mal, sino una que ellos provocaron muy bien, porque el contrario siempre cuenta, y estoy seguro de que lo que no gustó a Gallego fue precisamente que al final contase tanto, con tan poco.

                    Nos dejamos dos puntos y, además, el que nos traemos, podría ser "un punto de presión" para el partido frente al Gerena. Porque a la fiesta que podría haber sido el enfrentamiento entre los dos grandes, se acaba de colar una vieja amiga que no estaba invitada: la necesidad. Ahora estamos "más obligados", si cabe, porque siempre lo estamos, a ganar ese partido y dar así valor al punto conseguido en Conil. Pero si los fríos números dicen que hemos empatado, también cuentan que estamos arriba, con tres victorias, dos empates, y muchas ganas de comernos el mundo; porque eso es lo que ya no dicen, eso que hace que te guste, o no, un plato: a qué sabe. Y yo estoy comiendo muy bien esta temporada.

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