Carolina, la leyenda

Se llama Carolina, parece extraterrestre pero nació en Huelva, y hace un rato ha tocado la Novena Sinfonía de Beethoven en una pista de bádminton para meterse, por segunda vez en su vida, en la final de un mundial. 1 hora y 30 minutos ha necesitado para derrotar a Sung Ji Hyun, 21-17, 15-21 y 21-16, en una semifinal que es ya, parte de nuestra historia, no sólo por su final, sino también por su devenir…
Yakarta, día 4.
La coreana domina 8-13 la tercera manga y estamos a punto de despertar de nuestro sueño…
Carolina ha comenzado el partido complaciendo los deseos de la coreana de jugar lejos de la red, y ha tardado en enchufarse. Hasta que, tras el momento mágico con Fernando Rivas, la española ha salido a pista con otro gesto; qué importante es este hombre en las gestas de Carolina. Y ha hecho aquello en lo que está doctorada, encontrar y atacar el punto débil de su adversaria, con un juego muy agresivo en la red que ha desconcertado a Sung Ji.
En el segundo acto Carolina se ha repuesto de un 7-1 en contra y es cuándo, como si no tuviesen bastante con el bádminton, las dos se han puesto a jugar al yo me acerco tú te alejas, yo me acerco tú te alejas, y es que la onubense tiene que ser temible para las demás en las distancias cortas. La imagen de Sung Ji en el suelo con la mirada perdida ha sido la de… ¡una gran actriz!, porque luego le ha metido un 6-0 a Caro y se ha apuntado el segundo set.
El encuentro ha sido una batalla táctica constante por la conquista de la iniciativa, que ha caído del lado coreano en el tercer set y nos ha dejado inmersos en el momento más oscuro desde que el pasado martes comenzó todo…
La coreana domina 8-13 y estamos a punto de despertar de nuestro sueño…, algo que no sucede porque no estamos dormidos. Está pasando pero sobre todo ya ha pasado, en Suecia, Malasia, Inglaterra…; Carolina Marín forma parte de ese grupo de gente corriente que hace épicas las gestas cuando unen su fuerza y su fe. Y hoy, cuando parecía que se escondía el sol le ha endosado un parcial de 10-0 a la coreana que vale una final, el reconocimiento del mundo entero y … que nos ha dejado con la boca abierta enseñando lo que desayunamos. Carolina ha predominando en la pista cuando la estrategia de su oponente ha sido doblegada por su coraje y también, por su físico, y es que la onubense llega a la final, como hay que llegar las finales: al cien por cien.
Saina Nehwal, La India, 24 años. Bronce en Londres 2012, 9 Super Series, nº2 del mundo…. y quiere lo que le falta. Saina esotro nivel, uno más, y una diosa del bádminton, o lo es en su país, el cual rinde culto a este deporte. Es la jugadora que más se parece a Carolina en su juego, otra reina de la improvisación, de vocación camaleónica para sorprender y no ser sorprendida. Forma con nuestra Carolina un dúo que, hoy por hoy, se sitúa en un estadio superior respecto a las demás, por lo que este domingo veremos algo más que una final; Beethoven contra Mozart, la Novena contra la Júpiter, Fidelio contra Don Juan….
Y mirar a Saina nos invita a una reflexión. En este país tenemos a la mejor jugadora del mundo, posiblemente la que será la más destacada en una década. No se merece un pedacito de gloria efímera en los grandes medios si vence mañana; hace tiempo que se ganó el derecho a ocupar un lugar más destacado que la toalla que envuelve a Sergio Ramos o las “simpatías” de Piqué, suceda lo que suceda en esta final que parecía escrita. Tenemos que valorar lo que está haciendo, y ya ni por ella, sino por las que vienen por detrás invisibles en el anonimato. Si Saina es lo que es en su país, ¿qué tendríamos que hacer en el nuestro con Carolina, Mireia, Vero Boquete, Alba Torrens…? A la gente LE INTERESA, lo cantan las audiencias, ¿qué pasa aquí?

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