Open de Malasia, reflexiones.

Ser número 1 del mundo no se regala y siempre tiene una historia detrás. Carolina lo fue por tener una nota de 9,5 en todo lo que guarda relación con el bádminton, y ahora nos mira desde lo más alto Tai Tzu Ying, impertérrita, imperturbable, como hecha por ordenador. Se escapó Malasia,  23-25, 21-19 y 21-13 en 1 hora y 25 minutos.

Sigo pensando que la jugadora que más dolores de cabeza le va a dar a Carolina en el futuro es Sindhu, 2ª en el ranking mundial ya por cierto, pero al final esta disciplina también se rige por los mismos principios que otras, distintas reglas pero mismos principios, y aquí manda el estado de forma de cada una. La taiwanesa Tai Tzu Ying lleva en estado de gracias desde finales del año pasado, su impasibilidad ha conseguido hoy echar del partido a Carolina en el último tramo, a pesar de lo cual la española la ha vuelto vulnerable en muchos momentos.

Sin embargo lo sucedido tiene también otra lectura: mientras que Carolina da muestras de estar preparándose del modo correcto cara a la gran cita del año, el Mundial de Glasgow, Tai Tzu Ying lleva “demasiado” tiempo en lo más alto del pico de forma; no puede mantenerse durante tanto tiempo. Mi paisana siempre me ha recordado a Rafa Nadal en eso de saber llegar a lo que realmente le interesa llevarse a casa, pero también a Indurain, que llegaba al 95% al inicio del Tour, para estar al 100 en la montaña, mientras que Tony Rominger llegaba ya “listo”, tras castigarse sin sentido ni medida en alguna cordillera perdida un mes antes.

Volvamos a la raqueta, y a nuestra final. Carolina ha comenzado la primera manga cometiendo muchos errores no forzados, mientras que su oponente, bien colocada y con ello segura ha ido tomando ventaja. Todo ha cambiado a raíz del intervalo, y es que aunque no he oído que le han dicho en ese minuto, apuesto a que ha sido esto: Carolina, la red es tu AMIGA. Es entonces cuando hemos asistido a una batalla estratégica de esas que enamoran a los corazones menos amantes del deporte: una jugadora que busca la red, porque hoy es allí donde gana los puntos y otra que trata de alejarla, porque si juega desde el fondo sus golpes son perfectos, como los de una máquina, y van todos a la línea. Y como dando pie a algún poema de corte épico, esta vez, la que grita, gesticula y parece más humana, gracias a su garra y su libre albedrío se impone al plan ( casi ) sin fisuras de la nº1 del mundo. Ha costado cuatro volantes de set.

El segundo ha comenzado de manera similar, pero una reacción de Carolina ha devuelto el equilibrio a un pedacito de partido en el que las estrategias han cedido un poco de terreno ante las pasiones, y en otro final ajustado la taiwanesa ha conseguido llevar el encuentro a tres mangas. Carolina había salvado tres bolas de set.

He visto cómoda a la nuestra en el inicio del último acto, y jugando mejor desde toda la pista hasta el punto de que por fin, ¡ Tai Tzu Ying ha gesticulado !, y ha mostrado parte de lo que siente, como si algo no fuera bien. A pesar de ello ha conseguido una ventaja que ya Carolina no ha podido volver a redecir, teniendo en dos minutos una serie de malos golpes que unidos al acierto de su rival, la han sacado del partido.


Las derrotas no gustan, a nadie, pero dos finales consecutivas invitan a pensar que todo va bien; los progresos en 2017 de la campeona olímpica son los adecuados y se ajustan a las previsiones de quien tiene tan claro, lo que quiere. Además hay que dar valor al camino recorrido para llegar con vida a la cita de los domingos, para lo cual sólo hay que echar la vista atrás y leer los nombres de las oponentes que ha dejado en el camino. 

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