EuroHuelva 2018, Viktor Axelsen


                “Recuerdo, cuando era niño, las noches largas de lluvia, en que me desvelaba el rumor sollozante del agua redonda que caía, de la azotea, en el aljibe... Luego, a la mañana, íbamos, locos, a ver hasta dónde había llegado el agua”.
               
Viktor Axelsen es una máquina perfecta, y uno de los más claros ejemplos de que un campeón del mundo de bádminton no nace, se hace. De pequeño fue uno de esos muchos niños en los que vieron una alternativa al dominio asiático, pero al contrario que todos los demás, él sí lo era. Llevar esa carga tan pesada suele hacer doblar las rodillas al deportista en mitad del camino, cuando no se le reconoce mérito alguno más allá de llegar a la única meta que ya le han dibujado. Pero Axelsen entrenaba, y entrenaba, … y luego, volvió a entrenar, potenciando sus puntos fuertes en la pista, y fortaleciendo aquellos aspectos de su juego en los que no destacaba tanto, para convertirse día a día y rival a rival, en lo que es hoy. Campeón del mundo en 2017, bronce en los Juegos Olímpicos de Río, nº1 del ranking mundial e infinitas cosas más adornan ya el palmarés del danés, que con su más de 1-90 y su portentoso físico llega a todo, y casi todo lo devuelve con su potente derecha como si cada vez que golpease, fuese la última. La fuerza parecía "traerla de casa", pero tiene muy trabajadas la rapidez de piernas, y la de sus respuestas, por lo que invitarlo a jugar en la red también suele salir bastante caro. Y no trates de moverlo, porque la resistencia es otra de sus cartas, y a tres mangas te cansarías antes que él; así que como no se le puede aburrir de ningún modo, sólo se le puede vencer jugando ese día mejor que él, cosa al alcance de muy pocos. A sus 24 años quiere más, y esta vez lo quiere aderezado con unas gambitas blancas y unas habitas "enzapatás", para así sumar el segundo Europeo de su carrera y dejar su nombre escrito para siempre, en la ciudad de Huelva.

                El primer cabeza de serie en su camino sería su compatriota Rasmus Gemke, un jugador en plena explosión de su carrera y que está progresando muchísimo, aunque posiblemente no lo bastante para sorprender a Axelsen, quien debería imponerse aunque sólo fuera por la diferencia de recorrido existente entre los dos. Y en semifinales, Brice Leverdez o... Pablo Abián. Frente a ninguno de los dos podría confiarse; el francés se está especializando últimamente en tumbar a gente que se supone es mejor que él, y al español no se le puede dejar una sola ventanita abierta, porque se cuela. Hablamos de semifinales y los tres tienen que ganarse el derecho a jugarla, pero si llegase el momento Pablo está en su casa, está acostumbrado a esto, de hecho forma parte de esto, y contra un extraterrestre como Axelsen, todo cuenta. Ya hablaremos de la final, a ver quien llega ;)

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