Nanogol


                Debe haber unos diez aspirantes a play off en el grupo cuarto. Tal vez, el conjunto que más me convence sea el Marbella, pero uno intuye que al final estarán Cartagena y Córdoba, o que hay que tener un día muy bueno para ganarle al Badajoz, por citar algunos. No salen las cuentas, por eso el Recre con su victoria frente al UCAM Murcia ha lanzado un mensaje: "hola, este año de mi casa os vais a llevar muy poco. Lo necesito todo para terminar lo que empecé la temporada pasada". Era un encuentro con muchas incógnitas entre "dos equipos que sí, pero que no",  habían comenzado del todo bien. Una vez concluido, los visitantes no es que salgan más tocados tras la derrota; parece que ya venían más tocados que el Recre.

                Y es que comienzo por el final, la rueda de prensa de los entrenadores: me gustó más el UCAM la semana pasada frente al Marbella, porque aunque desdibujado hubo fases del juego en las que arrolló al conjunto andaluz, y en todo momento dio sensación de peligro. Por eso no comparto, con humildad, ni esa sensación que tienen algunos de que el Recre lo ha pasado tan mal al quedarse con uno más, ni la impresión de Rubén Albes sobre lo igualado de la contienda; ¿de verdad hemos sufrido tanto? Lo que no sabría precisar es en qué porcentaje ha sido el conjunto onubense responsable de que su rival haya parecido un equipo algo apático, que sólo al final y por imprecisiones locales, ha conseguido acercarse a Nauzet.

                Nosotros presentábamos novedades en el once (Diego, Gus), pero sobre todo en el sistema (como echaba de menos esto): el 4-1-4-1 coloca a Sergio Jiménez por delante de la defensa, y deja a Quiles como hombre más adelantado; precisamente, han sido los dos mejores. El primero ha transmitido la serenidad que parecía no tener jornadas atrás, y el segundo, todo lo contrario: no ha habido quien lo sujete, y por primera vez en mucho tiempo ha asumido bien el rol de jugar a esto, sin tener a nadie por delante. Sin fortuna, pero ha finalizado las acciones con desparpajo.





                Los cambios más significativos, sin embargo, los hemos visto cuando el Recre ha iniciado jugada desde atrás: Sergio y Gustavo han "empujado" a Rivero hacia arriba, donde más libre se suponía que debía conectar con Quiles por el centro. Se suponía. Porque Hugo Álvarez le ha hecho una entrada aterradora, y ha obligado a los onubenses a realizar su segundo cambio forzoso de la noche. Antes había tenido que abandonar el campo Oscar, y más tarde pedirá salir Alfonso. Monteagudo "no ha realizado" un sólo cambio, si bien al destino no se le han dado tan mal: Cera ha cumplido, y Vergé ha salido tras el golazo de Nano. Y si se trata de poner un poco de pausa en el juego, no creo que exista nadie mejor que él.

                Entre la vuelta al cole y lo universitario de nuestro ilustre oponente, se me ocurrió pensar que quizá Aketxe es el más listo de su clase, y que por eso casi siempre le buscan a él. Pero no es una buena señal, porque está rodeado de más alumnos aventajados, que por momentos han parecido buscar más la nota individual, que trabajar en equipo. Y eso es porque el responsable de la marcha del aula, Chavero, en ocasiones se ha visto en inferioridad frente a la pareja formada por Gustavo y Sergio Jiménez, delegado y subdelegado de su grupo, que se han estado cubriendo el uno al otro todo el partido. Higón, por ejemplo, siempre tiene la mano levantada, pero como no le han llegado muchas, se ha estado levantando de la mesa constantemente, yendo de aquí para allá.

                El encuentro casi ha parecido tener una única fase, y durante la segunda mitad y con viento a favor el Recreativo ha seguido queriendo llevar la iniciativa; sin descuidar atrás, pero buscando la salida del balón tanto por el lado de Nano (y digo bien, su lado, porque ha sido suyo y de nadie más) como por la zona de influencia de Isi Ros. El día de Villarrobledo estuvo perdido (como todos) pero hoy, el murciano "ha estado". Y parece hacer más daño progresando desde fuera hacia dentro que pegado a la banda, porque en espacios más reducidos desequilibra muchísimo con esa rapidez que tiene en los pies. Se fue a la izquierda cuando Alfonso abandonaba el campo, mientras que Chuli ocupaba su lugar.

                Luego llegarían la expulsión de Gurdiel, algunas indecisiones y un par de ocasiones que parecían poner nerviosos a los nuestros. Bueno, a todos no. No parece haber nada que hubiera hecho perder la calma a Sergio Jiménez. Y así afrotamos la semana, con la tranquilidad que aportan las victorias, y sobre todo esas en las que dejas la puerta a cero. Y honrando a 10.500 socios que aún pueden decir que su estadio es un fortín. Próximo examen, Mérida. 

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