Así ha ganado el Recre al Cádiz B


                Ni fuimos tan buenos contra el Sevilla, ni hemos jugado tan mal frente al Cádiz. El filial hispalense, muy tocado, nos permitió desarrollar un fútbol muy desenfadado, y el conjunto cadista, muy trabajado tácticamente, nos ha obligado a cambiar de registro varias veces durante un mismo partido. Y eso es lo que hemos hecho bien, adaptarnos. El Recre de Monteagudo no plantea los partidos muy distintos unos de otros en función del rival, pero hasta ahora no había sabido interpretar a la otra parte para dar respuesta en tiempo real a las necesidades del juego. Esa es la lectura positiva que hay que hacer: Recreativo 1, Cádiz B 0, una victoria sin brillo pero con oficio que habríamos valorado mucho más si el Recre hubiera estado arriba en la clasificación.

                ¿Qué hubiese pasado si Momo no marca en el minuto 1 "sin querer"? No lo sabremos nunca pero, si alguien hubiese llegado tarde al estadio y hubiese ocupado su sitio sin mirar el marcador, ¿se habría dado cuenta del resultado? Probablemente no, porque Pavón tenía preparado un trivote que juega y presiona a partes iguales y que siguió funcionando igual, después del tanto. El plan era dejar jugar al Recre pero no a Rivero, que siempre tenía al menos dos cerca, y a Gustavo casi como único apoyo; !es la guerra! (táctica), porque cuando nosotros tenemos el balón el resto de los nuestros están demasiado lejos  buscando posiciones de extremo o algún desmarque, pero para hacerles daño abriendo el campo la pelota tiene que pasar por Rivero. El resultado es media hora insufrible para el espectador, que ve a un equipo sin ideas y sin otro recurso que cargar todo el juego sobre Isi Ros. Y todos los días no eres el Capitán América, ni aún contando con Cera de un modo incondicional.

                Claro que, en algún momento, Pavón debió pensar que así nos podríamos llevar toda la tarde, y movió ficha. Alonso, Javi Pérez y Jordi Tur no mantendrán ya la presión sobre el centro del campo onubense, sino que "romperán filas" permitiendo la subida de nuestros pivotes, para así encontrar el espacio mediante balones largos. El Cádiz se puso 2-1 defendiendo y 1-2 atacando (más los otros tres de arriba) y encontró así más posibilidades de que algún balón llegase a uno de los suyos, pero también de que el Recre a la contra pudiese poner broche de oro al partido del 130 aniversario.




                Y durante la segunda mitad los visitantes repitieron el truco una y otra vez pero sin mucho éxito, porque más cerca que el empate estuvo siempre el segundo del decano. El Recre no estaba ya en inferioridad en el medio y las contras les pillaban a ellos "con lo puesto"; Jordi Tur tiene mucho recorrido pero a veces por querer estar en muchos sitios no estás en ninguno, algo que aún es más grave si en el otro equipo está Gustavo, un tipo que abarca en el campo el espacio de tres o cuatro. Pero ni Rubén Cruz ni Carlos Martínez conseguían acabar con el incipiente nerviosismo que se iba apoderando de una grada herida, y un murmullo de mal presagio iba tomando el Nuevo Colombino; de hecho, ni siquiera pudo Quiles, creado para matar sin dolor, y aún estuvo cerca el Cádiz de hacernos la 13 14 en el último suspiro. Pero parece que además del himno y la zamarra, nos han cambiado la suerte.

                Ni el Sevilla era el rival más propicio para medir nuestro ataque, ni el Cadiz nos ha llevado al límite en defensa, pero frente a ellos además de los puntos Monteagudo ha ganado perspectiva, para ser más preciso detectando lo que falla. (Al fin) hemos mejorado en solidez, posiblemente el mejor termómetro que existe para cuantificar la fiabilidad de un grupo, jugando con las lineas muy juntitas y sin cometer apenas errores: vamos teniendo noticias de la llegada del empaque, y por cierto también de que Borja García y El "Expreso de Benavente" van a entenderse a la perfección.

                Sin embargo, en la faceta ofensiva la cosa no evoluciona. El equipo está confeccionado para jugar con Rivero pero al mismo tiempo está limitado a él, de modo que si no está muy bien (y aún no ha cortado orejas ni rabo), los demás tampoco. Lo que vemos son destellos de futbolistas tan grandes que cuando no es uno, es otro (Quiles, Isi), pero no el resultado de lo que plantea el entrenador. La propuesta de "fútbol total" del Recre pasa por desarbolar al rival entrando por bandas para finalizar o para buscar a Rubén,  penetrar por el medio mediante triangulaciones o tirando pases al hueco y, en definitiva, se trata de llevar siempre la iniciativa para que "de igual" lo que tenga preparado el otro. Durante las primeras jornadas intuimos algo de eso, y como no ganábamos sin jugar peor que el otro acepté barco como animal de compañía. Pero ese discurso ahora no vale, porque es la estrategia del rival la que predomina en el campo, y lo que "da igual" es lo que traemos preparado nosotros, dependiendo de que el otro equipo presione más o menos arriba para poder sacar la pelota. Sólo cuando el Cadiz tuvo que arriesgar y desatascó el medio encontramos los espacios, y por eso no me sirve oír que hemos hecho tal y otro cuál, porque el equipo es muy plano y lo que predomina no es la mala suerte, sino el mal juego.

                Pero no hay nada que no se pueda cambiar en un sólo partido. Sobre todo cuando hay calidad (incontestable), y trabajo (más aún). Y ayer se oían los gritos de felicidad de los nuestros una vez terminado el encuentro, y a más de uno se nos ponían los vellos como escarpias.

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