Los rivales de Pablo

 

                    A la edad de Pablo Abián no hay nada como las nuevas experiencias. Puede que sean sus cuartos juegos olímpicos, pero, nunca se ha medido a Chen Long. ¿Que hay que jugar contra un chino de casi 1.90, que lleva más de una década en lo más alto y, que además es el actual campeón olímpico? Pues se juega. Será por jugar.

                    Conocemos los rivales de Pablo en Tokio y, bueno, sabíamos que en su grupo iba a caer un jugador muy duro, y uno muy "aleatorio". El primero es Chen Long, el segundo Raul Must, y los tres conforman el grupo N, del que uno saldrá clasificado para octavos de final.

                    Chen Long, así, de entrada, sólo ha perdido en unos juegos contra Lin Dan, el mejor jugador de la historia. Por eso posee un bronce, de Londres 2012, y el oro de Río 2016. Es un fiel representante de la escuela clásica china: colocación, dominio de la pista, y una derecha temible con la que cose a sus rivales a base de paralelos imposibles. Se mueve muy rápido para su estatura, donde pone el ojo pone el volante y, además de con su destreza, cuenta con su experiencia para ser también el más listo de la clase. A poco que esté a lo que tiene que estar, Pablo lo tendrá casi imposible, pero, si de algo estoy seguro, es de que el jugador del IES La Orden, saldrá a por él.

                    El bilbilitano tiene la virtud de prepararse del mejor modo para las grandes citas, y ya en Río estuvo MUY cerca de dar un campanazo. Esta vez lo tiene aún más complicado, pero siempre he creído que el secreto de su éxito es que respeta a todos su oponentes, estén muy por encima o muy por debajo de él, tanto como les pierde ese respeto cuando el volante comienza a volar. Buscará el modo de ganarle y, con eso, ya ganamos nosotros.

                    Raul Must es un jugador muy completo y versátil, como Pablo de la vieja escuela y, al igual que él, con un puñado de internacionales en sus vitrinas. Será un partido más "entre iguales", en el que cualquier cosa puede pasar, pero en el que yo veo a Pablo favorito. El estonio domina casi todos los registros, pero a la variedad de recursos del español hay que sumar que es más imaginativo, mucho más reflexivo y, además, le ha ganado en cinco de las seis veces en las que se han enfrentado. Saldrá mejor o peor, pero estamos deseando ver ya como impregna la pista con su estilo elegante, con el que disfraza la búsqueda del punto más débil de sus rivales. Vamos, Pablo.

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