No habrá paz para los tapados.

  Parecía una tarde más propia de un cuento, que de un partido de fútbol: mucha gente con ganas de fiesta, la tierna Onuba paseando del brazo con "el Abuelo", y un sol que desde lo más azul del cielo, daba colorido a toda la escena. ¿Dónde estaba el "malo" de toda historia? El Puente Genil llegaba al Colombino disfrazado de equipo modesto, y tratando de pasar desapercibido hasta el momento de quitarse el antifaz; pero no engañó a un Recre que planteó un encuentro "anti-sustos", con mucha posesión de balón, y que dejó sin reacción al conjunto rival: Recreativo de Huelva 2, Salerm Puente Genil 0, un resultado que pudo haber sido mas abultado pero que nos vale, porque si queremos dar valor a los puntos conseguidos frente a los de arriba, "no habrá paz para los tapados".

Y, hablando de "tapados", ¿alguien vio venir a Peter? Han debido soñar con él esta noche porque, hasta que Alberto Gallego le sacó del campo, fue una auténtica pesadilla para la defensa rival. Jugando arriba con total libertad y, moviéndose entre líneas, encontró la espalda de la defensa visitante en numerosas ocasiones, llevando mucho peligro a la portería defendida por Cristian. El decano comenzó el partido ejerciendo una presión alta, con la que recuperaba muy rápido el balón  para buscar siempre la carrera de Peter. Con el paso de los minutos la cosa fue perdiendo algo de gracia, porque ya nos habían cogido el truco, y nosotros seguíamos enviando balones al nigeriano incluso con ellos bien colocados; así no sorprendíamos, la rifábamos, y durante algunos minutos se produjo un intercambio de balonazos que pedía a gritos una mayor intervención de Víctor Barroso y Adri Arjona. El Recre necesitaba encontrar otras vías para llegar a campo contrario; eso, o volver a "lo de Peter", pero haciéndole correr con sentido, cuando los visitantes no estuvieran en su sitio. Pensemos, por ejemplo, en un robo que el Recre convierte en transición rápida con un pase largo que sorprende, incluso, a su portero, y que le obliga a hacer penalti... Eso sí tiene sentido, mucho más que el hecho de que ese penalti lo tire Terán. Si está atenazado porque no le salen las cosas, desde los once metros no tiene demasiado que ganar, y sí mucho más que perder. Por dos veces Cristian no pudo con Cristian, pero menos mal que Juanjo Mateo estuvo más listo que Siles y Pedro Morillo, y abrió al fin la lata. 1-0.

El gol llegaba cuando, después de casi media hora, el Puente Genil parecía entrar en el partido. Y es que el conjunto visitante necesitaba muchos minutos cada vez que tenía que adaptarse a cualquier cosa, y me dio la sensación de que son un grupo de muy buenos jugadores, envueltos en una dinámica negativa. Se mostraron algo nerviosos al principio y parecieron faltos de chispa en algunos lances, siendo esta es la parte que hay que achacarles a ellos. Pero hay otra cara de esa moneda, que no es otra que el propio Recreativo, a quien hay que dar todo el mérito de esta victoria porque supo plantear una primera parte que, con más puntería, habría bastado para cerrar el encuentro. Me pareció por un momento más peligroso el Recre sin balón que con él, porque tiene muy trabajadas las salidas con superioridad tras robo, y el tímido desmelene del Puente Genil tras encajar el tanto invitaba a eso. Cierto que el segundo gol viene precedido de un balón que cae de Júpiter, pero tanto la definición de Adri en el pase, como la de Peter, son una oda a la precisión, y a la hermosura. No es algo que se pueda ver a menudo en esta categoría. 2-0.

Perdiendo por la mínima no tiras la casa por la ventana jugando en el Colombino, pero, con 2-0, ya te da lo mismo perder por dos que por cuatro; tras el descanso, el conjunto pontanés hizo tres cambios con los que sumó gente arriba y modificó el dibujo, y el partido: pasó a jugar con tres delanteros y situó, por detrás de ellos, a su mejor hombre: Salva Vegas ya estaba haciendo un gran partido, pero cuando cogió el timón pudo sacarle aún más jugo a su gran visión, y con mucho criterio le dio juego a los tres de arriba. Alberto Gallego respondió sacando a Rubén Serrano para dar descanso a Adri Arjona, y el canterano dio equilibrio al equipo y frenó algo la escalada de entusiasmo visitante. Más tarde entrarían en acción Diawara y Dani Sales, pero los cambios "hombre por hombre" no estaban surtiendo el efecto deseado, sobre todo el de Sales, y apuesto a que esta es la parte del partido que menos gustó al míster del Recre. El equipo estaba perdiendo el control del partido y, aún con dos goles de ventaja, a nadie le gusta que lo controlen. Tocaba cambiar el dibujo pero ni con delantero, ni con falso delantero, se conseguía ese tercer gol que acabase por desanimar a los visitantes. 

Ellos siguieron a lo suyo hasta el final, con ese número 10 dando una exhibición, y con sus dos extremos, muy abiertos, creando cada vez más peligro. Cuando el partido ya moría casi morimos nosotros del susto, con alguna que otra ocasión que pudo habernos metido en un buen lío. Pero si medimos el partido en ocasiones de gol, no podemos quedarnos con esa lectura, pensando en las veces que decimos "ha jugado bien, pero apenas ha llegado"; hoy hemos tenido una parte muy buena y otra no tanto, pero si la vara de medir son los acercamientos con peligro, hemos sacado matrícula. Sobre todo, hemos sacado el partido, que es a lo que veníamos. Los Barrios.


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